Hay ocasiones en la vida en que la costumbre y la rutinaterminan por cambiar nuestra relación de pareja, y sin darnos cuenta, lo que tenemos ya no se parece a lo del principio.
Esto ocurrió muy a menudo en parejas que tienen más de un años juntas, pero en sí no es un problema cuando los dos toman el asunto con seriedad y ponen de su parte para lograr sacar adelante la relación.
El problema viene cuando uno de los dos no tiene interés en hacer que las cosas funcionen, y no hace el menor esfuerzo por hacernos sentir cómodas/os.
Puede darse el caso de que ambos sigan sintiendo cariño el uno por el otro, pero ya no hay ese impulso que nos llevaba a hacer las cosas con entusiasmo, ni las ganas de sacrificarse para verse más seguido.
Solo porque hay que cuidar las apariencias no es bueno seguir, por eso, si nos decidimos por concluir la relación en buenos términos, es posible que en poco tiempo podamos reconstruir la amistad y ser amigos.
Una decisión como esa hay que pensarla mucho, por ello te recomiendo que veas cuáles son los beneficios que puedes obtener y cuales las cosas en contra, como la tristeza del rompimiento.
A veces es necesario tomar al toro por las astas para evitar ser dañado; aunque esto sea difícil, después, cuando hayas logrado sobreponerte al dolor, verás que fue lo mejor y que aún lo puedes tener como a tu mejor amigo o amiga.
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